Cd. Juárez
22/oct/25 — 25/oct/25
Sombra de lluvia (o de cómo fluir en el desierto)
«… sentados en el polvo, fieles a nuestra sal y a nuestras leyes [...]
la sociedad sagrada del desierto,
y el desierto que quema, vive, arde, muere, despierta, llamarea,
fue nuestra cofradía consternada,
nuestra teta común, la levadura, la flamígera espada del poema
bajo el silencio ubérrimo;
luego fueron los éxodos, los trenes,
y uno a uno
se fueron repitiendo en los adioses [...]
más allá, más allá, siempre hacia allá, los países cercanos;
el olvido… »
Reconcilio, Abigael Bohórquez*
Hace 66 millones de años, antes de ser un desierto fuimos un mar. Del Mar de Tetis poco a poco emergimos como islas: lo suficientemente alejadas como para olvidarnos a ratos lxs unxs de lxs otrxs, lo suficientemente cercanas como para vivir en una tensa interdependencia construyendo rutas de contrabando y descubrimiento.
Hoy la sequía es tal que cuesta trabajo imaginar que alguna vez nos sostuvimos sobre un territorio abundante en agua. De aquellas vastas extensiones líquidas solo perduran sus huellas: depósitos ocultos y flujos secretos que serpentean bajo una costra endurecida por el tiempo. Fósiles líquidos.
Los desiertos se forman en regiones conocidas como sombras de lluvia, zonas en las que las cordilleras detienen los vientos impidiendo que la humedad sea repartida de manera homogénea. El desierto puede implicar separación, soledad, insolación. Es una superficie de arena donde, a simple vista, parece que nada ocurre; sin embargo, en su sutileza, la vida sucede en rebeldía. Algo similar sucede con los recursos y las redes que sirven de sostén al trabajo artístico en nuestra región: aunque forman parte de un ecosistema lleno de fuerza, algo parece detener su riego.
Nuestra aridez no es solo climática, sino también de oportunidades económicas, organizativas y educativas; por ello, es necesario crear alternativas para la resistencia. Parece fácil, pero más de unx hemos perdido el rumbo y quedado náufragxs en esta tierra; sin embargo, a lo lejos alcanzamos a ver la señal de lxs otrxs, una estela que sirve para reencontrarnos en el camino y así ubicar nuestro lugar en el complejo archipiélago de este mar seco.
Lxs nómadas ancestrales sabían que la sed no era suficiente para invocar el agua; se necesitaba la búsqueda, el encuentro. Por eso pintaban glifos en las cuevas cercanas a los ríos que aún nos alimentan. Sabían también que el agua es una fuerza que «no se gobierna: se cuida».** Y aquí estamos lxs nómadas contemporánexs tratando de encontrar mejores formas de cuidarnos y de cuidar del desierto y lo que nos entrega: prendiendo el asador, contemplando el cielo, oliendo la gobernadora cuando llueve.
¿Cómo podemos lxs artistas contribuir al cuidado de esta tierra? ¿Cómo volvemos nuestrxs cuerpxs puentes o lazos ―aunque sean temporales― para generar dinámicas de interacción y colaboración entre quienes habitamos y creamos en medio del desierto? ¿Cómo extendemos nuestras conexiones para irrigar nuestro propio ecosistema? ¿Cómo nos conectamos para dignificar nuestro trabajo y visibilizar nuestro territorio más allá de los clichés en su compleja diversidad?
Insistimos, la tarea no es sencilla. El nuestro es un Chihuahua fragmentado entre la sierra, el desierto y el matorral; entre zonas tomadas por el narco, por la industria y el extractivismo. Una tierra donde se siembra el miedo y la violencia para reforzar el conservadurismo, la migración y los desplazamientos; además, no hay que olvidar que nuestro desierto se extiende y nuestros ríos se conectan ―para bien y para mal― con los de un Estados Unidos cada vez más hostil. Un límite cada vez más afilado:
–x–x–x–x–x–This is my home, this thin edge of barbed wire /
Este es mi hogar, este delgado alambre de púas–x–x–x–x–x–
Y en medio
de todo esto,
los ecosistemas culturales locales luchan por caminar bajo las inclemencias propias del espacio y el tiempo, enunciándose desde búsquedas por dignificar el trabajo, así como los procesos y aportes de quienes al mismo tiempo buscamos ―como otras especies― una posibilidad de sustento en esta tierra; viviendo como las nubes, entre el deseo constante de huída y la esperanza de romper los ciclos para regar y volver fértil nuestro propio suelo.
Si bien lxs fronterizxs ―como siempre lo hemos hecho― sabemos defender nuestra vida cotidiana de las amenazas arancelarias el narco, la violencia y los alaridos nacionalistas, es necesario que en esta ocasión empecemos a imaginar una nueva vida diaria en relación con otrxs vecinxs y otras dinámicas posibles.
«Nodos: Cd. Juárez |Sombra de lluvia (o de cómo fluir en el desierto)» es un programa de talleres y actividades concebido a partir de escuchar las necesidades y reconocer las características propias de las comunidades artísticas en las ciudades de Chihuahua y Juárez. Esta edición de Nodos tiene el objetivo de fomentar la creación de redes entre lxs agentes culturales de la región y se compone de tres ejes articuladores: (1) la complejidad de asociarse y cooperar en un contexto socioambiental que favorece el aislamiento, incluso para la creación; (2) la configuración de artefactos de memoria y archivo que reflejen la diversidad de las identidades locales, y (3) el replanteamiento de la relación entre la creación artística, el ecosistema natural del desierto, su habitabilidad, y las actividades socioeconómicas, culturales y artístico-pedagógicas que en él se han desarrollado.
Pero más allá de ejes de trabajo, metáforas y herencias ancestrales en un desierto manufacturado, el Nodo de Cd. Juárez se presenta como un puñado de oportunidades para que las comunidades artísticas de Juárez y Chihuahua nos reconozcamos y compartamos conocimientos y experiencias. Para aprender en comunidad y aprender a hacer comunidad desde nuestras propias circunstancias. Para registrar nuestras historias y encarnarnos juntxs en un territorio que siempre nos abrazó. Para construir y reconsiderar los puentes existentes. Para permutar polaridades y hacer emerger nuevas alianzas ahí donde históricamente hubo una supuesta hostilidad heredada.
En el desierto, en la frontera, sabemos bien cuáles son los límites de nuestros sueños: la lluvia aquí nunca será suficiente. Por eso proponemos construir nuevos flujos, dejarnos llevar por direcciones diversas, parar de mirar al norte o al centro y empezar a vernos cada quien de frente.
*Bohórquez, Abigael. “Reconcilio”, en Desierto Mayor, México: Federación Editorial Mexicana, 1980.
**Rámirez López, Miguel. “Las aguas del desierto, una crítica atmosférica al acuerdo Chihuahua-Israel”, en La Verdad. Periodismo de investigación. Ciudad Juárez, 04/06/2025. Recuperado de https://laverdadjuarez.com/2025/06/04/las-aguas-del-desierto-una-critica-atmosferica-al-acuerdo-chihuahua-israel/
Comité de contenidos: Gracia Luévano, León de la Rosa Carrillo, Marcia Santos, Jorge Scobell y Tonatiuh López (interlocutor del PAC).
Facilitadorxs invitadxs: Colectiva GRIETA y Elizabeth Nieto, Miguel Braceli, y Natalia Mendoza (ALTAR Centro de Investigación).
Comité de programa público expositivo: San Luis Contemporáneo y Oficina de Proyectos Especiales (OPE).
Comité de relatoría: Leticia Gámez y Perritos independientes.
::: Todas las actividades de Nodos son públicas y de participación gratuita. El registro para participar en «Nodos: Cd. Juárez |Sombra de lluvia (o de cómo fluir en el desierto)» estará abierto del 18 de septiembre al 2 de octubre de 2025. ¡Nos vemos muy pronto! :::